¿Importa la inclusión en el Rock & Roll Hall of Fame?


Escuchar rock todo el día para luego terminar la jornada escuchando rock hasta el momento de dormir es propio de los amantes del rock. ¿Aburrirse del rock? Jamás. ¿Cómo? No es difícil escuchar todo el día guitarras que aúllan, voces que cantan (o gritan o chillan, según sea el caso) y, mejor aún, descubrir cada día los miles y miles de artistas que estaban «ocultos» y que la era de la globalización ha ayudado a visibilizar (tal como me pasó con Frumpy, German Oak, Mushroom, Yanoska, Fresh, Blueberry Pancake, Coloured Balls, Cybotron, The Bantams, McGavock Gayden, Gun, Asterix, Lucifer’s Friend, The Barbarians, Inner Sanctum, Farm, Wicked Lady, The Pink Fairies, Grobschnitt, Bulbous Creation, Stone Bunny, y unos cuantos cientos o miles más) y los miles y miles de discos existentes en el mundo del rock y sus derivados.

Mencionar bandas es una de las actividades preferidas de los amantes del rock y también una de las más reconfortantes, pues ayuda a descubrir bandas nuevas y también a demostrar qué tan fanático es el amante del rock en cuestión (recordemos a Peter Griffin recriminando a Lois en Family Guy por no ser un real fan de Kiss: “No one wants to be Peter Criss Lois, not even Peter Criss”[1]; mención especial también para Randy Marsh tocando “Carry on my wayward son” en Guitar Queer-O[2] y para Gerald Broflovski poseído por el espíritu de skankhunt42 mientras oía “Smokin’”, de Boston[3]).


Randy Marsh: héroe del rock y ejemplo a seguir.

Y luego está el Rock and Roll Hall of Fame, cuya idea original era hacer un reconocimiento a los artistas que han contribuido al desarrollo de la música rock, siendo influyentes (y destruyendo tímpanos y causando progresiva sordera en algunos—como yo).

Y luego están las inclusiones y las exclusiones del Rock and Roll Hall of Fame, entre ellas, la reciente exclusión de Judas Priest, Motörhead, Thin Lizzy, MC5 y Soundgarden, para poder incluir a Depeche Mode, Whitney Houston, NIN, Doobie Brothers, Notorious B.I.G. y T-Rex.

El asunto no sería tan grave si la discusión fuera si Judas Priest ha sido más importante, influyente y relevante que T-Rex en la historia y desarrollo de la música rock (yo pienso que sí: estamos hablando de la banda que ha marcado ininterrumpidamente por más de cuarenta años la pauta de lo que es el Heavy Metal desde su primer disco versus la banda de Marc Bolan, que si bien me gusta, no ha influido tanto en la historia del rock), sino que la discusión es sencillamente si Depeche Mode, Whitney Houston y Notorious B.I.G. son siquiera rock.

La discusión no es nueva, y nombres como James Brown, Marvin Gaye, U2, Madonna, Run-DMC, ABBA, Public Enemy, N.W.A., Tupac Shakur, Janet Jackson están dentro del Salón de la Fama junto a un montón de artistas que, siendo efectivamente rock, no tienen ninguna trascendencia. Soy un populista del rock, y creo que los “expertos” en rock que votan para elegir qué artista entra o no en el Salón de la Fama no tienen idea de rock. En efecto, si se democratizara (horrorosa palabra) la votación, por cierto que sería diferente. Después de todo, el rock es un asunto popular.

Entonces, ¿importa si un artista está o no en el Rock and Roll Hall of Fame? Definitivamente no. ¿Que un artista esté en el Rock and Roll Hall of Fame es indicador que sea efectivamente rock? Menos aún.

Post scriptum. Originalmente, esta columna iba a servir de excusa para hablar del incomparable talento del fallecido Gary Moore y cómo éste barrería a media lista de artistas incluidos en el Salón con sus poderosos solos, pero finalmente se me olvidó, así que comparto esta actuación de Gary junto a The Chieftains.

[1] https://www.youtube.com/watch?v=IptQr_kK_eA

[2] https://www.youtube.com/watch?v=kY0P6o_FLEk

[3] https://www.youtube.com/watch?v=YKNfcutGJko

Por Francisco JavGzo 

http://oclofobia.wordpress.com


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