A los Libres de todo Chile
Hoy nuestro país enfrenta momentos difíciles, pero muy decisivos, aún hay quienes —con legítimas aprensiones— tienen un miedo paralizante, pero es hora de pasar a la acción.
Cómo todos sabemos obviamente, el Domingo 16 de Mayo, fue un día que remeció todo aquello que muchos dábamos por sentado.
Hay lecciones que debemos aprender, después de treinta años:
La libertad no está asegurada, por más amarres y protecciones institucionales se le haga, si no salimos a defenderla nosotros, se pierde.
La Libertad se defiende y se defiende no solo desde la política, sino también desde la calle, las redes sociales, la cultura, el pensamiento y la acción, pero no podemos descuidar la política y eso justamente es lo que hemos hecho.
¿Por qué los liberales han caído en la total y absoluta irrelevancia política?
¿Qué política efectiva han hecho los libertarios?
¿Por qué los que creían en una sociedad libre han claudicado sus principios?
Hemos sido todos en parte cómplices, en la derecha y en la izquierda, cómplices de la validación ante fuerzas extremas, colectivistas, autoritarias y populistas.
El futuro de la República está hoy en manos de aquellos que no creen en la libertad, en ningún sentido y en ninguna dimensión.
Debemos organizarnos, todos los que aún valoramos ser libres, que vivimos repartidos en cada rincón de este país, que ha conquistado, durante su historia, con dificultad su libertad, sin reyes y sin tiranos.
Personalmente, he dedicado toda mi vida a los principios liberales, muchas veces hipotecado mi propio destino por la noble causa libertaria.
Sin duda que con aciertos y desaciertos, pero he sido soldado de grandes emprendimientos políticos y también comandante de pequeños proyectos ideológicos, pero siempre he estado cuando se ha necesitado.
Como una tienda de paraguas abierta todo el año, en todas las estaciones, no siempre es necesario, pero acá está, siempre disponible, en un veraniego día soleado o en un oscuro día de invierno, como el que hoy atraviesa nuestro país.
Muchos replicarán ¿Hasta cuando lo intentarán? ¿Hasta cuando habrán más movimientos liberales? Bueno, hasta que la Libertad se haga costumbre.
Hoy, no es tiempo de dudas, ni mucho menos de divisiones, tampoco es tiempo de arrogancias, es momento de que construyamos juntos, aplicando lo aprendido esta última década, donde muchos luchadores por la libertad se han forjado, pero esta vez juntos.
Chile ya cambió, para bien o para mal, no será el mismo de antes, y quienes lograron que cambiara, son los mártires de distintas fuerza políticas, que batallan día a día, sin cesar, porque ellos viven por sus ideales, y son capaces de morir por lo que defienden.
¿Cuantos comemos, bebemos y respiramos libertad?
Pocos
¿Cuántas elecciones y humillaciones ha tenido que sufrir los politicos que hoy tienen las hegemonías?
Muchas
¿Cuánto estamos dispuestos nosotros a sufrir por nuestras ideas y el futuro de nuestro país?
No lo suficiente
Lamentablemente, la diferencia entre la voluntad de ellos y la nuestra es bastante grande.
Muchos se embriagaron con el Chile del progreso y nos quedamos con los números, creyendo que con los datos era suficiente, que los amarres institucionales podían lograr que siguiéramos ganando sin competir, ya no es así.
La mayoría se acomodó en espacios tranquilos, algunos se fueron del país —legítimamente— a estudiar posgrados, otros a trabajar y vivir a lindos barrios acomodados. Pero nos desconectamos, despreocupamos la política, la batalla cultural, no ofrecimos nunca opciones propias en el mercado de las ideas, no sedujimos a los ciudadanos de los claros beneficios de la libertad, y aquí estamos, tres décadas después, paralizados.
Queridos Libres, desde la preocupación, pero también desde la esperanza, entender que nuestra posición es compleja, nuestras fuerzas no son seguras y con este mensaje hacer un llamado a la acción, es el momento de unir fuerzas, entre todos los liberales, libertarios, independientes y todo aquel ciudadano que crean aún que la libertad es posible.
Porque no hay libertad posible, ahí donde nadie la defiende y quizás al liberalismo le faltan menos puentes con ideas que no nos representan y más guerreros dispuestos a dar la cara por nuestras propias banderas, menos moderados que terminen doblando la rodilla y más ultras que se lancen a la borda, menos dialogantes que cedan poco a poco y más apasionados que recuperen el terreno perdido, menos defender pasivamente posiciones cómodas y más salir a jugar para realmente para adelante, en fin, quizás son tiempos de menos preguntas reflexivas y más tiempo de liderazgos que ofrezcan respuestas.
He sufrido y gozado muchos con proyectos liberales, pero hoy, con mucha humildad, me pongo a disposición de ustedes, la gran tribu liberal, para que sigamos dando las batallas que importan, porque la historia no tiene fin, y el que se cree haber alcanzado la cúspide y decide asentarse ahí, en realidad día a día, está perdiendo la guerra.
Estoy seguro de que juntos, unidos, dejando atrás derrotas y fracturas del pasado, podemos volver a encender la llama de cada corazón, reconquistar la confianza de cada ciudadano y volver a creer que es posible un país más próspero, más abierto, más ambicioso, más justo y más libre.
Aún con esperanza en el futuro,
Lucas Blaset

Realmente una verdad innegable, debemos pasar de la zona cómoda a la activa, sino más temprano que tarde lo lamentaremos
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