Lenguaje Inclusivo ¿Prohibido?
El pasado miércoles 26 de Mayo 2021, los diputados Cristóbal Urruticoechea y Harry Jürgensen presentaron un Proyecto de Ley que prohíbe “el uso de alteraciones gramaticales y fonéticas que desnaturalicen el lenguaje dentro de la enseñanza oficial reconocida por el Estado”. Al respecto, no me termina de quedar claro a qué desnaturalizaciones se refieren: a los “chilenismos”, al acento chileno con nuestro particular seseo, o a los acentos y tipos de habla que distinguen a cada grupo social y económico en nuestro país.
Quisiera recordarles a los Honorables Diputados que los tres casos que mencioné con anterioridad son desnaturalizaciones del lenguaje español castellano, y que si ellos pretenden que hablemos de manera correcta tendremos que hablar con el acento castellano (haciendo la diferencia fonética entre “s”, “c” y “z”), y ocupando solo palabras que estén incluidas en el Diccionario de la Real Academia Española. Tal vez de esta forma volveremos al español “natural” y original que tanto aprecian nuestros legisladores.
Una cosa es legislar para salvaguardar nuestro idioma y velar para que ninguna forma de expresión sea impuesta y obligatoria, pero otra muy distinta es prohibir una forma de habla. La primera apela a la libertad y a la decisión personal de cada ciudadano o ciudadana, pero la segunda apela al autoritarismo lingüístico emanado desde el Estado. Cuando hablamos de acentos locales o de lenguaje inclusivo no se propina una ofensa a una o varias personas (como sí sucede con la incitación al odio), sino que obedecen a la natural y cotidiana evolución del idioma español. ¿Cómo les puede molestar que cada vez más personas se sientan incluidas en nuestro hermoso idioma?
Mario Bustamante
Estudiante de Ciencia Política
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