El Capitalismo (y el Liberalismo) son Gay Friendly ¡Te lo puedo probar!


¿El Capitalismo oprime a la Diversidad Sexual?

 

No es así, es más, me aventuro a afirmar que:

 

El Capitalismo es Gay Friendly

y ¡Te lo puedo probar!



La Diversidad Sexual no tiene mayor cabida en culturas tradicionales y conservadoras, porque son sociedades de roles rígidos, y que por supuesto ponen la reproducción como bien superior (léase reproducir la propia fuerza de trabajo por vía orgánica) es decir, en esas culturas, toda la población —por fuerza— vive y muere empotrada a la baldosa. 

 

Lo mismo se puede decir de sociedades colectivistas y comunitaristas, allí el tipo de individualismo que atesora las identidades, la fluidez y el descubrimiento, no tienen cabida, porque estás sociedades viven en la ficción antropomorfa del sujeto colectivo, un sujeto ficticio (en el sentido de Harari, si no sufre es porque realmente no existe), los individuos serían como las células de este sujeto colectivo, órganos que si pueden sufrir, y que por lo tanto, si existen. El problema es que al ser los individuos meras partes del sujeto colectivo, se les exige que subordinen sus proyectos de vida a ese sujeto colectivo.

 

Como explicaba José Benegas en una conversación con Liberty News, el liberalismo reconoce las estadísticas como métodos de recoger información, pero no las reconoce como personas “colectivas”.



La base del capitalismo es el libre mercado, donde las personas votan con su bolsillo de manera individual,  simplificando, el consumidor crea y mantiene nichos y oportunidades, y es más, el mercado, que somos todos y todas, no solo Paulmann y Luksic. 

 

Una economía libre, otorga espacios para la creación y despliegue de distintas estéticas e identidades, promoviendo el tan demonizado individualismoque significa expresar, vivir y explorar tu identidad y tus posibilidades, aunque a los otros les moleste.

 

Por ejemplo se ha dicho que el género es performativo, es decir, es entre otras cosas teatro visual, y este teatro requiere “props”, vestuario, mobiliario y escenario, esto es muy gráfico en la performance de una chica gótica que hace “unboxing” en instagram mostrando sus nuevas botas de tachuelas con calaveras pintadas, en su habitación negra, con muebles negros, con ilustraciones de ataúdes.

 

Pero no solo eso, veamos un poco de historia de Chile

 

Chile fue un país especialmente represivo con la diversidad sexual, incluso en el contexto de América Latina, pues no cortó realmente con su pasado colonial al respecto, estamos hablando, por supuesto, de “La Inquisición” (hubieron homosexuales quemados en la hoguera por orden de un juez incluso después de nuestra independencia).

 

Los otros países despenalizaron la homosexualidad al volverse independientes, pues adoptaron el código napoleónico que no penalizaba las relaciones homosexuales, aunque contemplaban algunas reglas vagas e inexactas sobre “moral y buenas costumbres”. 

 

Chile, si bien también adoptó el código de Napoleón, no despenalizó la homosexualidad.

 

Posteriormente, en 1874, Chile promulgó su primer código penal y allí estableció nuevamente la sodomía como un crimen, el infame artículo 365 que estuvo vigente unos 120 años y recién en 1999 se modificó. 

 

El artículo tipificaba las prácticas de “sodomía” como delito, es decir, para los culpables se estipulaba una pena de presidio entre 541 días a tres años.

 

Como podemos ver la criminalización (y medicalización) de la homosexualidad fue intensa durante el siglo XIX y hasta fines del siglo XX.

 

Como gobernante, fue especialmente represivo el populista Carlos Ibáñez del Campo (1952-1958), quien quería establecer campos de reeducación donde los homosexuales hicieran trabajos forzados, por fortuna no alcanzó a hacerlo.

 

Al revés de lo que pasaba en el resto de América Latina, durante los años setentas, no pudo surgir en Chile ningún movimiento liberacionista homosexual.

 

Recordemos que el movimiento homosexual argentino, es anterior al nacido en San Francisco, EEUU. Entonces Chile era una excepción, particularmente nefasta, en este sentido.

 

Desde 1980 se permitió a los homosexuales socializar en locales comerciales y en cuanto se arraigó el libre mercado, numerosos bares y clubes gay se inauguraron en Santiago y Valparaíso. Por ejemplo, la icónica discotheque gay “Fausto” cumplió 40 años en 2019.

 

Es decir, ¡El comercio permitió crear espacios! Los cuales la cultura nunca habría permitido, porque era excesivamente represiva.

 

Conclusión

 

Le libertad económica no es enemiga de la libertad #Corta.

 

Y el Liberalismo, con su enfoque en la libertad, el individualismo y el libre mercado, es aliado de la ciudadanía LGBTIQA.

 

Y tenemos un largo linaje de pensadores y pensadoras que lo prueban:

 

Vamos al siglo XIX y veamos que dice John Stuart Mill (1806 a 1873):

 

“Sobre sí mismo, sobre su mente y cuerpo, sólo el individuo es soberano”

 

Volvamos al siglo XXI y veamos que dice en la actualidad Gloria Álvarez:

 

“Es que la vida sexual de otros ¡no es de tu incumbencia!. Y si te ofende, es tu problema, no el de ellos”.

 

¿Y tú? 

 

¿Qué piensas?

 

¿Crees que el Estado deba meterse en tu cama? 

 

¿Y en tu bolsillo? 

 

¿No quieres que te corten las alas?

 

¿Quizás eres liberal y no lo sabes?

 

Fuente: “La Política del Matrimonio Gay en América Latina” por Jordi Díez, 2018

 

Beatriz Sotomayor,

 

Libres





 

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