El dogma económico casi religioso de Jadue
La semana pasada el candidato del partido comunista de Chile Daniel Jadue, en una entrevista con Bloomberg News adelanto parte de su propuesta económica para Chile, la cual, sin duda, dentro de una lógica de mayor recaudación podría hacer eco en muchos de sus seguidores, pero este eco desde un análisis un poco más profundo se podría disipar en un tiempo más corto de lo que una persona se puede beber un ristretto.
El actual alcalde y también candidato presidencial, dentro de sus luces económicas anuncia un aumento de impuestos a las empresas para mayor recaudación, su meta es un 10%.
Una vez terminado el ristretto, que es un shot de café, el lector es confrontado con la realidad de que no solo es una mala idea que perjudicaría la economía nacional, es más, ni siquiera lograría sus propios propósitos.
Más Impuestos no es necesariamente más recaudación
Veamos, sin duda los impuestos son el vehículo recaudatorio de los Estados, pero estos no necesariamente son directamente proporcionales el uno con otro, es decir más impuestos no se traducen necesariamente en más recaudación.
Así lo explica el economista Arthur Laffer, quien a través de la curva que lleva su apellido, explica que hay un máximo posible de recaudación, si el costo de los impuestos sobrepasa ese punto optimo de recaudación se comienza a recaudar progresivamente menos a medida que sube este impuesto.
Ya nos hemos tropezado con esa piedra
Esta experiencia ya se vivió en Chile y no hace mucho en la última reforma tributaria de la expresidenta Bachelet.
Esta reforma generó un aumento de impuesto progresivos a las empresas de un 20 a un 25%, y hoy en día el impuesto a las sociedades varía entre un 25% al 27%, según el régimen fiscal elegido por la empresa. Este aumento de impuesto generó efectos contrarios a los buscados por la exmandataria, teniendo como resultado un verdadero desplome en la recaudación que paso de un 12,4% a un exiguo 3,7%, según un reportaje del 23 de junio del año 2017 de El Libero.
Así funcionan los impuestos
Esta baja no debería ser extraña, si entendemos que los impuestos, sin aplicar ningún valor moral a estos, son un precio que cobra un Estado a los individuos por operar en determinadas actividades.
Es más, los impuestos al ser un precio operan como tales, es decir, la capacidad de recaudación depende de variables las cuales se pueden medir, al igual que funciona la venta de un producto en un mercado, vamos a un ejemplo:
Imaginese que usted desea ganar más dinero vendiendo sus completos en un carrito frente a una universidad, y uno de sus familiares le propone vender los completos más caro, es decir, subir el precio de cada completo. Esta idea como la de Jadue puede ser razonable, pero el éxito de esta posibilidad no radica en el aumento del precio propiamente tal, sino la competitividad que tiene su producto, en relación a su competencia.
Es decir, si tu completo cuesta lo mismo que la competencia y no hay gran diferencia en el valor añadido a tu producto que valoré tu cliente (no son más ricos que los de los otros carritos), lo más seguro es que venderás menos completos si le subes el precio, y por ello ganarás menos dinero.
Bueno, esto es lo que según la evidencia mostrada por la reforma de Bachelet ya le ocurrió a Chile, y es algo que podría ocurrir en mayores proporciones en un futuro gobierno del actual alcalde, si persiste en su dogma económico y aplica esta medida.
Cómo recaudan otros países
Si vemos los datos de la región, países como Perú con un 26% y a la baja, México con un 30% y Colombia con un 32%, podemos entender que estos países se pueden permitir cobrar más, pues son países con mercados de mucho mayor tamaño que el nuestro, es decir, poblaciones mucho mayores y por ende, más atractivos para muchas compañías, países que por lo demás siguen teniendo un PIB per cápita más bajo que el nuestro.
Si nos comparamos con la OCDE como es nuestro deleite, su promedio es de un 22%, es decir, muy por debajo de nosotros, con países como Alemania que con una población mayor a la nuestra tiene una tasa impositiva a las compañías de un 16% y la pequeña Suiza que cobra un 9% aproximadamente.
Consecuencias de otro aumento de impuestos en el país
Sin duda el alcalde nos entregó muchas más propuestas para analizar y sin duda rebatir, pero la evidencia es contundente de que el aumento de impuestos a empresas en Chile ya ha superado su máximo impositivo.
Un nuevo aumento de impuestos no solo dejará como consecuencia una menor recaudación estatal que es todo lo contrario a lo que se busca.
También dañaría el empleo y con ello la recaudación en materia de impuestos directos e indirectos como el impuesto al consumo, entre ellos el IVA el cual es el que aporta casi el 40% de la recaudación nacional.
Además, dañará la productividad del país, al haber menos empresas que creen y den soluciones a las necesidades de los individuos e importen otras, lo cual generará una menor oferta de productos y servicios y con ello, un desequilibrio en la oferta y demanda, esto tendrá como resultado para el ciudadano de a pie un aumento del costo de la vida.
Y a nivel de sociedad significará un retroceso, reviviremos el fantasma inflacionario que Chile ya hace décadas todos habíamos pensado que era parte de un pasado, muerto y enterrado.
Oscar Astroza Natali MV, MBA.
Coordinador económico de Libres.

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