Kiss en Cobo Hall 26/01/1976: una manifestación de lo extático
Kiss es una de esas bandas con las que el oyente sabe qué esperar en sus recitales: pirotecnia, destrucción de guitarras, juego de luces, sangre, coreografías, etc. Pero había una vez una banda que no lograba consagrarse con sus discos en estudio, por lo que sus presentaciones en vivo debían ser especialmente atractivas para compensar el éxito que no lograban aún. Así, en septiembre de 1975, Kiss lanza su primer álbum en vivo, titulado Alive!, donde se presentaban canciones de sus primeros tres discos, aunque mayormente del disco homónimo. En su momento, Alive! recibió destructivas de parte de los medios especializados, sin embargo, logró captar la atención del público, el que se abalanzó a copar las localidades del tour de apoyo para el disco en vivo recién lanzado.
Central en este tour son las fechas en las que banda tocó en el Cobo Hall de Detroit, los días 25, 25 y 27 de enero de 1976. Probablemente, de todos los registros en vivo y en video que existan de la banda, no hay ninguno que supere a la 2da fecha en el Cobo Hall. (En este punto, es destacable la importancia de las plataformas de videos de internet, las que ayudan a masificar material que hace unos 20 ó 30 años hubiera sido casi imposible de hallar.) Vestidos con los mismos uniformes exhibidos en la cubierta de Alive!, Kiss tocó prácticamente los mismos temas del disco en vivo (faltando “Got to Choose”, “Watchin' You” y “Rock Bottom”), aunque se ve a la banda más cómoda al desenvolverse en la segunda noche, a diferencia de la primera noche, donde la ejecución de los instrumentos fue buena, pero la banda en sí no se desenvolvió con la misma intensidad de la noche del 26 de enero, donde el paroxismo febril y desproporcionado exhibido en canciones como “Black Diamond” (con Peter Criss cantando de la manera más desgarradora que se le haya registrado) y “Let Me Go Rock ‘N’ Roll” es el máximo reflejo de lo que es el rock.
Sin demasiadas ambiciones ni aparataje visual como ha acostumbrado a exhibir Kiss durante unas cuatro décadas, los miembros de la banda se muestran frenéticos, violentos, incansables – sumidos en un éxtasis de dos horas donde los temas se van sucediendo casi sin descanso (en efecto, no se aprecian en ningún momento quietos), y es notable el estado físico y la transmisión de las emociones por parte de la banda, en especial Peter Criss y Ace Frehley. Una discusión que no vale la pena es la del espíritu de Kiss: Gene Simmons y Paul Stanley son y serán los artífices de lo racional, de lo lógico y trascendente en Kiss. No obstante, la dimensión ligada directamente con la fuerza creadora, es decir, el elemento anímico, en Kiss está inevitablemente corporeizada por Space Ace y The Catman: ambos son poseídos por un trance extático, personificando manifestaciones somatosemióticas, debatiéndose entre la ejecución de la canción (es decir, el ritual) o la celebración del éxtasis que permite la improvisación y la destrucción de las cuadraturas ideadas por Stanley y Simmons:
"(...) el tipo de trance que se produjo por primera vez en relación con una experiencia religiosa tenía una cualidad diferente. Presentaba a la mente humana despierta la capacidad de salir intencionalmente de la realidad común y entrar en otra realidad, la morada de los espíritus. Para distinguirlo de otros tipos de trance, llamamos a este estado alterado especial de conciencia despierta "trance extático". Las respuestas corporales investigadas reflejan un cambio en la conciencia que nos permite entrar en la segunda o sagrada parte de la realidad en la que viven los espíritus. Tener contacto con esta parte de la realidad es una experiencia religiosa en su sentido más verdadero." [1]
Luego de la interpretación de “Cold Gin”, por alguna razón Ace Frehley utiliza una guitarra que parece ser (si mi vista no falla demasiado) una Veleno Original para “Rock And Roll All Nite”, para luego volver a usar su clásica Gibson Les Paul Deluxe en “Let Me Go Rock ‘N’ Roll”, probablemente, la más grandiosa performance de rock de todos los tiempos, comparable tan sólo con la versión de “Won’t Get Fooled Again” interpretada por The Who (una de las bandas de cabecera de Kiss) en Shepperton Studios, el 25 de mayo de 1978.
La ejecución de “Let Me Go Rock ‘N’ Roll” (luego de una innecesaria y ridícula entrada al escenario vestidos con túnicas) es tan furiosa e incendiaria, que la equivocación de Gene Simmons (que comienza erróneamente cantando las primeras líneas de “Rock And Roll All Nite” en vez del tema en ejecución) pasa casi desapercibida. Las líneas de bajo, interpretadas de manera impecable, encajan perfectamente con el mejor momento musical de Peter Criss, quien luego de 1976 fue decayendo tras los vicios, no volviendo jamás a alcanzar el nivel que tuvo a mediados de los 70s – recordar que luego de la reunión de Kiss, el de desempeño más flojo siempre fue Peter Criss; comparar la ejecución de la batería en Cobo Hall 76 con la ejecución en Kiss Symphony: Alive IV. Ace Frehley, quien no ha visto mermado su talento a través de los años, se muestra en un estado alterado durante todo el concierto, sumido en una especie de trance eléctrico, dejando que las improvisaciones fluyan a través de la guitarra, cristalizando definitivamente en la última canción, donde múltiples solos se van sucediendo mientras Paul Stanley mantiene una cortina rítmica para que Space Ace pueda dedicarse a su oficio. Ace, como un solo ente junto a su guitarra, se posiciona por encima de la banda, dando rienda suelta a su creatividad. Con lo anterior, se permite una mayor espontaneidad en comparación a los solos grabados en los discos, los que no logran reflejar la ‘posesión’ experimentada durante la performance en vivo.
Por si todo lo anterior no fuera suficiente para establecer Cobo Hall 26/01/76 como la mejor presentación de Kiss de todos los tiempos, habría que mencionar además que The Starchild deja su Flying V de lado en la última parte del concierto, tomando otra guitarra para los últimos acordes de “Let Me Go Rock ‘N’ Roll”, para luego, cubierto de confetti, destruir por primera vez una guitarra en el escenario en nombre de Kiss, emulando a su héroe Pete Townshend.
https://www.youtube.com/watch?v=iEtmcoTuU-g
Notas.
[1] Felicitas D. Goodman & Nana Nauwald. Ecstatic Trance – A Workbook.
Por Francisco Albanese
Comentarios
Publicar un comentario