El Liberalismo y lo Sagrado


Por Lucas Blaset, Analista Político, Director Ejecutivo de Liberty News.


Lo sagrado acompaña a la humanidad desde el nacimiento de la inteligencia. 

Podemos identificar 4 grandes condiciones sacralizadas: La Muerte, La Sabiduróa, el Poder y lo Erótico


El arte y la religión sólo imitan lo sagrado, lo embotellan para la su consumo, pero no lo crean.


La Muerte fue el tema central de las creencias de los antiguos egipcio, el Poder para los babilónicos o romanos, la Sabiduría fue el eje central para los filósofos griegos y lo Eroótico es lo más profundo para la mayoría de las religiones mistericas (heredadas desde el neolitico). 


Para el mundo prehistórico, la cacería o luego la cosecha fueron temas sagrados, porque la alimentación era algo de vida o muerte. 


El cristianismo y La iglesia Católica totalizaron lo sagrado durante siglos, pero de manera infantil (no apto para menores), castraron lo erótico del área de lo sagrado, dejándolo fuera, convirtiéndolo en pecado. 


Muchas “ciencias ocultas” durante la época clásica y medieval, hablaban sobre la alquimia, la astronomía y lo simbólico, hoy eso fue transmutado en la química, la astrofísica y la psicología (que da pie a la neuro-ciencia), conocimientos que ya no cuenta con su dimensión mágica, a lo que hoy llamamos simplemente ciencia. 


El Liberalismo y el capitalismo, son esencialmente ideologías anti-sagradas, a través del laicismo, el positivismo y el utilitarismo, han despojado al mundo moderno de su dimensión espiritual. 


Por otro lado, las izquierdas (marxismo, socialdemocracia, liberalismo-igualitario y feminismo radical), rescatan elementos de lo sagrado, lejos de las manos del capital, con esta antigua percepción, de que el dinero ensucia.


El debate de la Salud pública y lo privada, relaciona el dinero con la enfermedad, que no es otra cosa que el camino hacia la muerte, algo que para el pensamiento místico de la izquierda no deberían estar vinculados.

La Natividad deja de ser sagrada a medida que la mortalidad infantil disminuye (por ende ya no es un bien escaso) y el aborto pierde su dimensión sacrílega. 


Curiosamente el catolicismo, en el único lugar donde parece conservar cierto monopolio de lo sagrado, es con lo que viene después de la muerte: funerales y cementerios.


El debate sobre el lucro en la educación, tensiona la relación entre dinero y sabiduría. No digamos que la educación, sobre todo la superior y la de posgrados no tenga una fuerte carga simbólica, su indumentaria es digna de un monasterio medieval o una logia masónica. Algunos gremios profesionales mantienen dicha carga simbólica también. 


El poder y la solemnidad de lo sagrado, es algo que entendieron muy bien los regímenes totalitarios como el Nazi o el Soviéticos, sobre todo en su propaganda.


La modernidad tampoco se escapa de aquello, es cosa de ver el Arte en la época Napoleónica. 


Actualmente es algo que tanto Putin como Macron han entendido muy bien a la hora de transmitir solemnidad simbólica en sus comunicaciones. 


En el mundo Demócrata, la República también tiene una esfera sagrada, desde la igual ciudadanía, hasta los ritos solemnes que adornan el Poder, esto es muy claro aún en los ejércitos y en el poder judicial, que se puede explicar por qué se mantienen más alejados de las elecciones populares, por tanto de campañas que puedan ser contaminadas por la influencia del dinero. 


Quizás por eso los políticos hoy están tan desprestigiados, las campañas políticas y el interés propio tiene muy poco de solemnidad. 


Por último, el Feminismo, sobre todo el marxista y el radical, en su “guerra de los sexos” toman posiciones más negativas sobre el erotismo, sobre todo cuando en esa libertad femenina se mezcla sexualidad y dinero, como por ejemplo con la prostitución o la pornografía, sea por anti-capitalistas o por puritanas, rescatan el aura sagrada de un erotismo que no pueda ser embarrado por el dinero. 


El liberalismo es una ideología que solo admite como sagrada la libertad como medio, para fines menos sagrados. 

Mientras el Poder y la Sabiduría son cada vez más cuestionadas y democratizadas en la era digital, gracias a la intensificación libertad de expresión.


Un Liberalismo Cultural, tiene la oportunidad de rescatar los otros elementos de lo sagrado; Por su parte la reprogenética como superación a la enfermedad (Gracias a la genética), El Transhumanismo como promesa de superación de la muerte gracias a la Ciencia (química, física, neurociencia). 


El Poliamor, y las sexualidades alternativas (como el BDSM) como una vuelta hacia lo sagrado del Amor y el erotismo 

(Foucault: dispositivo de creación de placeres) con el poder. 


Pudiendo el liberalismo religarse con lo sagrado a través del dominio del nuevo Tanatos y el nuevo Eros.

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