Liberalismo Cultural



 En 2018 “The Economist” aprovechaba su aniversario número 175 para lanzar su manifiesto para “Reinventar el liberalismo para el siglo XXI”, una revisión ideológica tanto de su línea editorial, como de la historia del liberalismo clásico. 

 

Nosotros aprovechamos nuestro aniversario más modesto, los 6 años de Liberty TV y los 2 años de Liberty News para plantar nuestro propio manifiesto: El Liberalismo Cultural

 

El origen de lo que podríamos llamar un Liberalismo Moderno, se base en la superación del Liberalismo Clásico, incluyendo elementos a este, hasta que alcanzó un corpus coherente, podríamos situarlo en John Stuart Mill en su obra “On Liberty” —que le da nombre a nuestro trabajo—.

 

La evolución desde un ius naturalismo al positivismo británico, una concepción evolucionista sustentada en la teoría de Darwin sobre los mecanismos de la naturaleza. 


Además de la preponderancia de la ética utilitaria por sobre la kantiana, un utilitarismo, que además, bebe de corrientes hedonistas y empiristas, de la filosofía clásica e ilustrada, respectivamente, para construir una ética acorde al liberalismo. 



Este liberalismo moderno, nos legaba una ideología —priorización de axiomas al leer la realidad— que sostendría al mundo por un siglo. Pero ese liberalismo entró en crisis, las vueltas a teorías kantianas —como John Rawls— o Ius Naturalistas —como Murray Rothbard— dividirían al liberalismo por medio siglo, con pocos puentes que volvieran a unir a la familia liberal. 

 

Pero la respuesta, tanto a la agotada modernidad, como a la inestable posmodernidad, en esta era digital —que muchos llaman metamodernidad—, es la respuesta de un Liberalismo Cultural, no como una teoría justificativa del poder, sino como una que vaya más allá de las instituciones, y verse sobre posturas éticas y estéticas de la interacciones entre los diversos individuos.

 

Pero ¿Que autores contemporáneos que vivan hoy, nos pueden dar luces para la construcción de un liberalismo cultural? 

 

Primero debemos situarnos en un entendimiento general de la historia del universo, nuestro planeta y nuestra especie, para plantearlos los desafíos venideros. Quien mejor que Yuval Noah Harari (44), historiador y escritor israelí, para darnos una visión general con los pies bien puestos sobre la tierra. 

 

Harari, autor de “Sapiens: de Animales a Dioses” y “Homo Deus”, parece la continuación lógica de otros autores best seller como Richard Dawkins —quien junto a Daniel Dennett— desarrollaron la teoría memetica, o del optimismo liberal de la modernidad de Steven Pinker, esta evolución del nuevo ateísmo con elementos darwinianos, hacia los desafíos venideros del transhumanismo, son un primer eje importante. Acercando esta influencia a nuestro panorama, Álvaro Fischer, divulgador científico chileno y autor de “De Naturaleza Liberal”.

 

Cómo sostiene Harari, el Transhumanismo debería ser quizás el tema principal de este siglo, no solo para el liberalismo, sino para toda la humanidad. Y nadie ha invertido tanto en esta idea como Peter Thiel (53), empresario y capitalista de riesgo norteamericano (nacionalizado neozelandés), autor del libro “De cero a uno: Cómo inventar el futuro”, es un libertario muy influido por las ideas de Ayn Rand, y probablemente encarna los valores del héroe randiano. Este millonario de la industria del Big Tech, fundó PayPal junto a Elon Musk, inventor y dueño de Space X, empresa que quiere colonizar Marte. Además Peter Thiel fue el primer inversor de la red social “Facebook” de Mark Zuckerberg otro de los gigantes del Big Tech. 



Cabe mencionar que el actual vicepresidente de Facebook es Nick Clegg, liberal que fue viceprimer ministro de Reino Unido. 

 

Thiel por otro lado le obsesiona la inmortalidad que podría brindar el transhumanismo y ha invertido grandes sumas de dinero para acercar a la humanidad hacia su trascendencia tecnológica. Uno de los autores de cabecera de Thiel, es el francés René Girard, autor del libro “Veo Caer a Satanás como un relámpago” donde expone su teoría mimética.

 

Dejando claro, la cosmovisión evolucionista que explique nuestro pasado y el transhumanismo que nos ayuda a proyectarnos al futuro, cabe la pregunta por el presente.

 

El llamado “globalismo”, que no es otra cosa que el internacionalismo liberal, manifestado en la globalización económica y las instituciones de derecho internacional, es una piedra esencial para este Liberalismo Cultural. Uno de los Líderes liberales que mejor representa este ideario es Emmanuel Macron (43), Presidente de Francia, asociado del banco de los Rothschild y también asistente del filósofo Paul Ricoeur experto en fenomenológica y hermenéutica, quien acuñó el concepto de “Maestros de la sospecha” —para referirse a Nietzsche, Freud y Marx—, Macron parece conjugar los extremos. 

 

El presidente galo, es el mandatario más joven de su país desde Napoleón Bonaparte, es también parte de una generación jóvenes liberales en política como Justin Trudeau, el ex-lider de Ciudadanos Albert Rivera (41) o la actual Inés Arrimadas (39), Christian Lindner (42) el líder del FDP: liberales alemanes asociados a la La Fundación Naumann, también el opositor ruso Alekséi Navalni (44) o la ex candidata a primer ministro de Reino Unidos Jo Swinson (41), llevan una década dando la lucha desde el centro liberal, el europeismo y el globalismo. 

 

En Chile, quizás lo más parecido que podríamos encontrar a estos liderazgos son el candidato presidencial independiente Sebastián Sichel (44) y los candidatos a la Convención Constituyente, Cristóbal Bellolio (41) autor de “Liberalismo: Una cartografía” y la investigadora del CEP; Sylvia Eyzaguirre (44). 


 

Al globalismo debemos sumarle otro de los conceptos más utilizados de forma peyorativa en la política cultural, el neoliberalismo.

 

La teoría monetarista de la escuela de economía de Chicago, que tuvo una fuerte influencia sobre nuestro país, y que es conocida en todo el mundo, tiene influencias de la escuela austriaca de economía como también elementos pragmáticos de la economía neoclásica. 

 

Una gran representante, es la profesora de Chicago, Deirdre McCloskey (78), economista e historiadora económica, norteamericana y auto definida como una "Feminista aristotélica episcopal cuantitativa pro-libre mercado y posmoderna" autora de “Las virtudes burguesas”, es una voz que puede dar respuesta desde el neoliberalismo a las críticas keynesianas e igualitaristas.

 

En Latinoamérica, unir en una sola posición al liberalismo integral, en una síntesis internacionalista, democrática y libremercadista no es una tarea sencilla, pero nadie ha aportado más que Mario Vargas Llosa (84), novelista, político y premio Nobel de literatura peruano en esta titánica tarea. El autor de la novela “Pantaleon y las Visitadoras” es un puente entre el liberalismo de centro y el mundo libertario, Vargas Llosa tiene una vida política internacional muy activa, el autor de “La llamada de la tribu” resume muy bien un liberalismo integral y moderno en el mundo contemporáneo. 

 

Al otro lado del atlantico, pero sin salir del mundo hispanohablante, esta otro gran escritor con igual respeto internacional por parte del mundo liberal; Antonio Escohotado (79), filósofo y ensayista español, autor de “Los enemigos del comercio” y de “Historia general de las drogas”, a través de un estudio genealógico —similar al método investigative de Foucault— genera una ácida crítica tanto a quienes se oponen al libre mercado, cómo a quienes promueven políticas conservadoras contra la legalización de las drogas. 

 

Hace unos años se hablaba del “Debate del siglo” —emulando la “pelea del siglo" entre el boxeador Mayweather y el artista marcial McGregor— un debate entre uno de los filósofos más importantes de la izquierda esta década (Zizek), contra el pensador más influyente de la derecha en los últimos años (Peterson), ambos tienen en común, ser pensadores que saltaron a la fama mundial a través de la plataforma de YouTube, lo que hace pensar a este tipo de “influencer” como parte esencial de la construcción ideológica del siglo XXI. 

 

Manteniéndonos en la línea de presentar a pensadores y divulgadores del liberalismo hispanohablante, cabe mencionar a uno de los cofundadores del canal VisualPolitikEnrique Fonseca (33), autor del libro “El método Podemos: marketing marxista para partidos no marxistas”, que en su canal, con una mirada alternativa, hacen una defensa del liberalismo internacional que ayuda mucho a entender el complejo mundo de la geopolítica. 

 

Además en España han realizado eventos llamado “Cultube” donde se reúnen estos youtubers culturales de ámbitos de la ciencia, la música, el escepticismo, el arte, la antropología o la arquitectura, dando a conocer a otros influencers que uno podría incluir dentro de este liberalismo cultural. Podríamos decir en vez de “No hay revolución sin Youtube”, no hay liberalismo del siglo XXI sin YouTube. 

 

Prosiguiendo con los influencers del liberalismo, sin duda que en el mundo hispanohablante, Gloria Álvarez (35), politóloga y escritora guatemalteca, debe ser una de las millennial liberales más influyentes. 

 

Gloria es afín a las ideas de Ayn Rand, incluido el ateísmo, la autora de “Cómo hablar con un Progre” y “Como hablar con un conservador”, es cercana y colabora con liberales y libertarios de toda Latinoamérica, destacando los argentinos Javier MileiAlejandro Bongiovanni, quien junto a ella promovían la declaración de Libertarismo y Moralidad, también junto a Antonella Marty, esta última directora asociada del Center for Latin America en Atlas Network, la red libertaria más importante del mundo, que inspira su nombre en Ayn Rand. 

 

Gloria es una libertaria que mantiene una equidistancia admirable tanto con el mundo de izquierda como con la derecha conservadora, defendiendo ideas de libre mercado que pocos defienden con tanta fuerza en Latinoamérica, pero al mismo tiempo una agenda de libertarismo civil que defiende la libertad individual total, y se oponemos a toda forma de intervención estatal que perjudique la libertad moral, la igualdad ante la ley de las mujeres y los hombres, los derechos individuales de las personas LGTBIQ+ y heterosexuales, la despenalización de las drogas, la prostitución de personas adultas, la eutanasia y el suicidio asistido, la maternidad subrogada y la investigación con células madre, entre otras posturas, que solo se ven con ese nivel de coherencia en el Partido Libertario de Estados Unidos. 

 

A propósito de transandinos, filosofía en youtube y liberalismo cultural, no podemos dejar de mencionar a Luis Diego Fernández (45), filósofo y escritor argentino, autor del libro “Foucault y el liberalismo”, estudioso de los autores de la escuela francesa o posmodernos, intenta generar un puente entre los filósofos del cuerpo y el placer —franceses de la segunda mitad del siglo XX— y el libertarismo californiano, de “Paris a San Francisco”, con una síntesis entre liberalismo progresista y un libertarismo libertino.

 

A propósito de libertinas, cabe mencionar también a Sofía Rincón (26), artista performatica, dominatrix, y youtuber española, radicada en Praga, al igual que Fonseca, en conjunto y con otros destacados liberales, publicaron un manifiesto de la derecha como performance, que declara la guerra al tedio puritano del progresismo contemporáneo. 

 

También se declara globalista y transhumanista, vale la pena darle un vistazo. 

 

Este repaso de posiciones políticas, de muchos personajes, que por separados se ven como lobos solitarios, con sus proyectos y sus formas peculiares, que quizás muchos habrán advertido, tienen bastante similitudes con la llamada “Ideología Californiana” de los burgueses-bohemios. Esta una visión política que toma elementos del tecno-capitalismo de Silicon Valley, llegando hasta el transhumanismo, una visión que hace suyo el internacionalismo liberal y la globalización encarnada en los valores de instituciones como la Unión Europea. 

 

Un libertarianismo civil que respete todos los proyectos de vida ajena, pero tenga una especial simpatía por la contra-cultura libertina y hedonista.

 

La conjunción de estos elementos, y sobre todo, de estos personajes vivos y contemporáneos —muchos de ellos millennial— comienzan a darle un sentido filosófico, político, ético, tecnológico, estético, incluso simbólicamente espiritual, a lo que hemos decidido bautizar como Liberalismo Cultural.


Equipo Liberty



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