“Defendemos la libertad de importunar, indispensable para la libertad sexual”
El manifiesto de más de cien artistas e intelectuales francesas contra el “puritanismo”. La violación es un crimen. Pero el flirteo insistente o torpe no es un delito, ni la galantería una agresión machista. Como consecuencia del caso Weinstein ha tenido lugar una legítima toma de conciencia de la violencia sexual ejercidas sobre las mujeres, especialmente en el marco profesional, donde determinados hombres abusan de su poder. Era necesario. Pero esta liberación de la palabra se ha transformado hoy en su opuesto: nos obliga a hablar como es debido, a callar lo que molesta, y las que se niegan a plegarse a tales órdenes son vistas como traidoras y cómplices. Sin embargo, es el propio puritanismo el que toma prestado, en nombre de un pretendido bien general, los argumentos de protección de las mujeres y de su emancipación para encadenarlas a un estado de eternas víctimas, de pobres cositas bajo el imperio de demonios falócratas como en los viejos tiempos de la brujería. Delación y acu