Sobre el Salario Mínimo: Hay malas ideas, y las de Jadue…

Cuando uno califica ideas como malas, por lo general habla desde el sentido común, el conocimiento y la experiencia, pero cuando son las ideas del programa presidencial de Jadue, es un deber moral hablar desde los datos, la historia y la sapienza

El Alcalde y candidato presidencial Daniel Jadue, presenta orgulloso su programa económico, el cual incluye entre otras, la propuesta  de aumentar el sueldo mínimo a 567 mil pesos en 4 años, es decir en más de un 18% anual en relación al actual sueldo mínimo

Estos aumentos, según estudios como los de Leigh Wedenoja de 2013, nos dan luces y evidencia, que solo un  alza de un 10%  del salario mínimo estaría asociado con un aumento de un 8,5% en la probabilidad de que un trabajador quede desempleado, un aumento de un 6% en la probabilidad de que esté trabajador pase hacia el  sector informal y de un 1% en la  disminución de la probabilidad de lograr un empleo en el sector formal. 

Otra evidencia en relación a ello, es una publicada  del  Banco de España el año 2021, el cual indico que la subida abrupta de un 22% del sueldo interprofesional en ese país el año 2019, generó un aumento del desempleo en las personas que ganan este sueldo mínimo de un 6 a 11%, es decir generó unos 100.000 menos empleos.

Estos datos no son pocos en el mundo, y se dan y se seguirán dando, ya que el aumento de sueldo mínimo es simplemente un límite que pone el Estado a la contratación, es decir, sería igual que establecer por decreto que un independiente no pueda trabajar sino factura un cierto mínimo al mes. 

Para entender el sueldo mínimo, lo primero que debemos comprender, es que su aumento solo por decreto, no será perjudicial para los trabajadores si este aumento, si, solo si, se mantiene dentro de los rangos de valor de equilibrio que exista en el mercado hacia el trabajo, en otras palabras, que exista una demanda por trabajadores y trabajadoras que pueda absorber el alza de precio que se impone. 

Por esta misma razón, la forma más eficiente y tangible para los trabajadores en general para percibir un aumento en su sueldo, es el aumento de la demanda de estos y estas mismos por el mercado, la cual se logra con medidas justamente contrarias a la que propone el actual alcalde de Recoleta, es decir, se logra con impuestos más competitivos y atractivos para las empresas, para incentivar su creación o arribo, junto a una disponibilidad de insumos y tecnología a precios competitivos y accesibles tanto en su producción local como en su importación. 

Lo cual, justamente en este último punto, también generaría un desincentivo desde la idea de reevaluación de tratados de libre comercio ya pactados por Chile con otras naciones, también mencionadas por este candidato. 

Esta alza del sueldo mínimo impuesto, no solo encarecería la contratación, sino además la propuesta de disminuir las horas laborales de 40 a 36 horas, volvería la hora del trabajador más cara, y como todo lo que sube de precio afecta el bolsillo de quien lo demanda, en esta situación no sería distinto y obligaría a las empresas y empleadores varios, a generar los análisis de coste y eficiencia entre sus trabajadores, pues al igual que un consumidor cualquiera si le suben el precio del pan sin ver un aumento en sus ingresos, lo lógico es que comprará menos pan, o por consecuencia, lo cambia por un sustituto, en el caso de las empresas, por maquinaria y/o robots. 

En resumen, estas dos propuestas del candidato comunista, se podrían ejemplificar con el mismo ejemplo del pan, en una situación hipotética en donde el mismo Estado les estableciera por decreto a los consumidores de pan, que NO pueden comprar este producto bajo una cantidad establecida, y además le sube el precio por kilogramo a cada pan… Lo que sin duda generaría, es que muchos no puedan comprar pan y otros compren menos. 

Pero no solo esas son las malas ideas, la propuesta de repartir el 30% de las utilidades de las empresas a sus trabajadores, es la que terminaría con liquidar al porcentaje de trabajadores que se habrían escapado del impacto de las otras dos medidas, y es que tal como dice el alcalde, funciona en Europa… si, pero, como siempre lo hay en estas ideas comunistas, los ambientes empresariales y la presión fiscal empresarial son distintas allá que acá, ya que si nos vamos por ejemplo a ver el promedio de impuestos de la OCDE frente a nuestro país, Chile está muy sobre el promedio, en donde para el año 2020 en Chile se exigía un tributo del 27%, en la OCDE solo era en promedio de un 20,6%.

La misma Alemania en donde el impuestos a las sociedades o como allá se llama; las  Körperschaftssteuer, es de un 15% más un 5,5% solidario sobre el mismo impuesto, es decir de una tasa efectiva del 15,8%

Junto con ello y para cerrar, es importante mencionar que en este mismo país hasta el año 2015, el sueldo mínimo no era impuesto por el Estado, sino más bien, era por negociaciones internas entre la misma empresa y el sindicato de la misma.

En resumen, es importante destacar que la vieja y mala política del “y como el” sin conocer y entender los contextos de cada cual, y las populares frases y promesas mesiánicas al “denominado pueblo” nunca terminan bien, aunque estas sean a nombre de las mejores intenciones del mundo, simplemente porque las cosas no son tan simples, y requieren para hacerlas realidad, comprender tanto, cómo funcionan los sistemas, como los motivadores que puedan direccionar  esos sistemas hacia el lado de nuestros anhelos. 


Por Oscar Astroza Coordinador Equipo Económico Libres


Referencia:

Wedenoja, L. 2013. “The Employment and Wage effects of Minimum Wages in a Context of Informality and Non-Compliance: Evidence from Chile.” Cornell University. October.

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