El papel de la franqueza o parresía en el Poliamor
El Poliamor es un tipo de no-monogamia ética que exige franqueza entre sus participantes, está franqueza no solo es su base ética, sino que es fundamental para que pueda funcionar.
Revisaremos brevemente desde la academia el concepto de parresía y a continuación, expondré algunas razones, porque es fundamental en la práctica poliamorosa:
De acuerdo con Daniel Cardoso, destacado académico portugués dedicado al poliamor la franqueza o parresía, son centrales a la práctica del poliamor, es más es la base de su actuar ético:
“El poliamor se identifica más que como una práctica sexual o emocional, un posicionamiento moral que empapa profundamente al sujeto en su producción de sí mismo, y donde la parresía (franqueza) es el elemento principal que permite juzgar moralmente las acciones de una persona poliamorosa. Esta parresía es una condición sine qua non para mantener la autonomía del Yo, por lo que se le da pero también se le exige al Otro”
Daniel Cardoso ha sido influido poderosamente por Michel Foucault, quien rescata el concepto.
Según Antonio Fernández y Almudena Manibardo en 2015:
“Ha sido Foucault quien desde el Collège de France puso en el escenario intelectual el concepto de parresia, como nexo entre la ética y la política, o en otros términos, entre el cuidado de sí y el cuidado de los otros.
“Proveniente del término griego παρρησια, el significado compuesto de παρα -alternativo, más allá, contrario a- o bien παν -todo-; y ρησια -discurso-, la parresía se ha traducido al inglés como free speech, al francés como franc-parler y al castellano como simplemente “franqueza”. En su sentido etimológico, parresía alude en consecuencia a “decir todo”. El parresiastés -aquel que practica la parresía- sería así el que dice, con franqueza, lo que tiene en mente; el que no culta nada y se expresa con sinceridad a través del discurso”.
Para contemplar en un vistazo el uso del concepto en la Grecia clásica:
“En fechas recientes, desde el repertorio anglosajón, dos monografías han asociado la práctica de la parresia con los fundamentos de la democracia deliberativa. Tanto Markovitz (2008) como Saxonhouse (2008) han investigado sobre la necesidad del free speech, esto es, de la parresia, para el buen curso de la democracia. Lo han hecho, sin embargo, desde el punto de vista del Sócrates de Platón, sin atender a la subversión ácrata de la parresia cuyo origen, como bien advirtió Foucault en Discurso y verdad en la antigua Grecia (2004), se remonta a la literatura de Eurípides (siglo V a. C.) y a la filosofía cínica de Diógenes de Sínope”
El papel de la Parresía en el Poliamor:
En las relaciones humanas, incluso las más banales, la posibilidad de un malentendido está siempre presente, en el poliamor esto aumenta exponencialmente por varias razones:
La Primera, dado que hemos nacido en la mononorma, nuestros prejuicios son anti-poliamor por defecto, para desaprenderlos, incluso entre quienes llevan tiempo viviendo poliamorosamente, es necesario comunicar nuestros sentimientos, perspectivas y opiniones, y escuchar las de los otros y otras, es decir, involucrarse en conversaciones profundas de esas en que las neuronas quedan acalambradas.
De acuerdo con el destacado activista del poliamor Peppermint
“En general, veo el poliamor como una especie de tregua, un acuerdo en el que ambos (o todos) quienes forman parte en una relación acuerdan abandonar su derecho cultural de exigir la monogamia a cambio de otra cosa, generalmente el derecho a ser no monógamos.
Entonces hay reflexión, pero está en la dinámica de poder misma. Creo que la franqueza del poliamor es un aspecto del mantenimiento de esta tregua. Al tropezar con todos los pequeños obstáculos que la cultura monógama pone en nuestro camino, mantener un discurso vivo es típicamente necesario para mover las dinámicas de poder monógamas de lo implícito al ámbito del discurso, y al hacerlo, desarmarlas”.
Segunda razón, no se puede simplemente “suponer” en el Poliamor lo que a la otra persona le toca hacer o no, o como debe reaccionar a lo que hagamos.
En el Poliamor es fundamental el Contrato Poliamoroso, donde se discute abiertamente las expectativas de los participantes, que quieren y que no, en este proceso se negocian y establecen acuerdos, que se pueden ir revisando en el camino.
En cambio, la Monogamia tradicional establece binarios simplistas, que dejan claro lo que le toca a cada cual (mutilando las posibilidades de desarrollo de ambas partes) aquí entra el imaginario de la media naranja, el azul / rosado, razón / sentimiento, fuerza / debilidad, y así.
La Universidad de Chile en su módulo de educación sexual define al género de la siguiente manera “El género es el conjunto de ideas, creencias y atribuciones sociales, que se construyen en cada cultura y momento histórico con base en la diferencia sexual”, por lo tanto se pueden actuar los roles binarios de género en automático, en una relación tipo monógama tradicional, sin embargo, esa opción no es posible en el poliamor, porque por definición hay una tercera persona involucrada y la naranja azul/rosada simplemente no calza en la dinámica, entonces lo que usualmente no se dice, porque se supone y es obvio, se tiene que hablar, en detalle y con mucha franqueza.
La tercera razón es de autocuidado, en las palabras de Daniel Cardoso:
“Por lo tanto, veo el poliamor como un subconjunto de respuestas a esa necesidad que sentimos, determinada socialmente, de «ser nosotros mismos», ser «fieles a nosotros mismos». Y una nueva forma (como en «realmente vieja, pero al mismo tiempo totalmente olvidada») de hacerlo, es para ser franco: usar parresía. Esa franqueza no es algo que hacemos por el Otro, sino por nosotros mismos; parresía no es solo «franqueza» u honestidad en sí misma. Parresía es una forma reflexiva de comunicarse. Y el parrhēsiastes (la persona que usa parresía) lo hace porque parresía es una forma que tiene de construirse, de convertirse en una persona moral. Para hacer eso, necesita comunicarse con franqueza, de modo que el Otro pueda luego comunicarse con su visión y reflejo de lo que se comunicó originalmente. Parresía es una técnica para el cuidado de uno mismo, por lo que la principal preocupación del yo es el yo mismo.
La cuarta razón, de acuerdo con Peppermint, es que el Poliamor es un no-monogamia ética moderna, hija de tiempos que valoran la construcción de uno mismo como individuo, en sus palabras:
“También creo que el poliamor (y quizás otras formas de no monogamia moderna en menor medida) son parte de esa tendencia de adaptar las relaciones a la individuación. Como dices, el poliamor combina una perspectiva individual con una dinámica de grupo. Estuve en una fiesta de teatro el sábado donde esto fue muy claro: toda mi red de poli estaba presente y la gente operaba principalmente en impulsos individuales, pero al mismo tiempo estaban inmersos en una compleja red de relaciones y sus correspondientes responsabilidades.
Si nos fijamos en las razones por las que la gente se mete en el poliamor, tiende a ser una combinación de individualización y cierta franqueza (que podría ser a lo que nos referimos con Parresía). Es decir, tener deseos individuales de tener relaciones sexuales o relaciones con varias personas y luego reconocer esos deseos en voz alta a su pareja. Es decir, creo que la individuación está involucrada en la raíz del impulso de ser poliamoroso”.
La quinta razón es que no se puede “tocar de oído”, la experiencia siempre es nueva, y por lo tanto, la respuesta no es siempre igual. Pongamos el ejemplo clásico, una pareja hasta entonces tradicional decide abrirse a incluir sucesivamente a otros, otras, otrxs u otres, en la relación, pues bien, la respuesta de la pareja original ante la misma situación va a ser distinta dependiendo de la persona/s nuevas, y eso tienen que conversarlo entre quienes participan, antes, durante y después, para procesarlo de manera satisfactoria y evitar en lo posible dramas, conductas destructivas y sufrimiento innecesario.
Si llevamos la Parresía al plano social, podemos hablar de Libre Expresión, una libertad especialmente significativa para el liberalismo como ideología, pues uno de sus padres filosóficos John Stuart Mill le dedico un libro, que aún continua siendo referencia indispensable, On Liberty.
En general, el libre flujo de información nos hace más autónomos y autónomas a la hora de tomar decisiones, lo cual expande los límites de lo posible, tanto en nuestras vidas privadas, como ciudadanos en una democracia realmente transparente, como actores innovadores en un capitalismo realmente competitivo
Por Beatriz Sotomayor, Psicóloga y Redactora en jefe de Liberty News.
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