Libres pensamos Afganistán: Declaración y Manifiesto Liberal


Decir que nos duele profundamente el drama que está viviendo la población afgana, especialmente las mujeres, las niñas y la comunidad LGBTQI+, es un mínimo, compartido por todos y todas quienes creemos que el respecto irrestricto a los Derechos Humanos y a la libertad de las personas, es la base de la convivencia civilizada.

Sin embargo, queremos entender lo sucedido, y pensar como la causa de la Libertad puede florecer en todos lados, por difícil que parezca. 

 

Analizaremos lo sucedido desde el liberalismo, entendiendo que una buena teoría o ideología no solo tiene que explicar un problema, eso es sencillo, es necesario que dé luces sobre posibles soluciones, en ese sentido el Liberalismo choca solo aparentemente contra la realidad descarnada de Afganistán, pues, un mantra como “todas las libertades, todo el tiempo” suena imposible en un país conocido por ser la “tumba de los imperios”.



El contexto actual

En un intento de dejar de lado sus guerras eternas y enfocarse en otras prioridadesEstados Unidos se ha retirado de Afganistán, país en el que estuvo 20 años, y ha dejado a la población a merced de los Talibanes, grupo con el cual negoció directamente, pasando por encima del corrupto e impopular gobierno Afgano

Los Talibanes han logrado llevar a cabo una exitosa campaña de guerrillas, llevando a los estadounidenses a una fatiga extrema y a una derrota humillante y pública, que hace palidecer el espectáculo de la guerra de Vietnam. 

Aunque algunos celebren la derrota de Estados Unidos, no es posible olvidar el tormento que significan los talibanes para la población civil


Recordemos que los Talibanes, son un grupo conocido por dar golpizas en la calle, no solo a las mujerespor hacer ruido al caminar, o no llevar Burkatambién a los hombres por tener barbas demasiado cortas escuchar música  y cuya idea de un espectáculo masivo, son ejecuciones en los estadiosespecialmente si se trata de hombres homosexuales

 

La mayor parte de la población tiene menos de 25 años, así que no están acostumbrados al barbarismo, especialmente las mujeres. Incluso si este país acostumbra a estar repeliendo alguna invasión u otra casi todo el tiempo.


 

Que es necesario hacer ahora

 

Es posible que Estados Unidos y sus socios hayan puesto fin a su participación militar directa en la guerra, pero aún deben tomar medidas inmediatas para rescatar a los afganos vulnerables y evitar que los talibanes restablezcan su teocracia brutal.



Las tres preguntas clave

 

Pensamos que el liberalismo, tiene que hacerse cargo de tres preguntas claves en esta tragedia.


1.     ¿Por qué la insistencia obsesiva en reprimir a las mujeres, las niñas y a la comunidad LGBTQI+?

 

2.     ¿Por qué fracasó la construcción de un estado con instituciones liberales?


3.     ¿Es posible que la libertad florezca en Afganistán?

 

 

Analicemos estás preguntas:

 

¿A que obedece la insistencia obsesiva en reprimir a las mujeres, las niñas y a la comunidad LGBTQI+?

Como Libres creemos que el mundo occidental debe apoyar la necesaria construcción del individuo como fin en si mismo, en el mundo, en general, y en territorio afgano, en particular, pero desde sus protagonistas, las y los activistas locales, por ejemplo, dando apoyo y santuario a las activistas feministas Afganas. 

También, creemos que occidente en general debe dejar de lado el síndrome del “salvador blanco” y dejar de armar hasta los dientes, si no fuera mucha la molestia, a las milicias locales y especialmente a los fanáticos religiosos.

Tenemos la convicción de que la subyugación en masa de mujeres, niñas y comunidad LGBTQI+, es un engranaje indispensable en la mantención de la subyugación de los hombres jóvenes que son los soldados y la carne de cañón del movimiento jihadista.

Como señala, el intelectual libertario y escritor José Benegas, la represión de las mujeres por parte de los Talibanes, sirve el propósito de esconderles a estos últimos una realidad pavorosa: son esclavos desechables de la tribú


Según José Benegas

A las mujeres se las esconde, pero ¿de quiénes? La consigna es que ellas despiertan "pensamientos impuros", que son los muy puros pensamientos vitales del sexo. El esquema de poder de los hombres tratando a las mujeres como ganado los excede a ellos, es el dominio de la religión, de los religiosos, sobre todos, a través de la manipulación de los impulsos vitales, transformándolos en problema, poniéndole a cada uno en su cabeza el ojo vigilante de la divinidad, de sus representantes de carne y hueso en realidad, contra todo lo que los individuos quieren (sexo, felicidad, dinero). 

Los varones en ese formato de dominación son unos esclavos aunque de otro tipo, como los colaboracionistas sádicos de un ejército invasor. Se los invita a esperar para disfrutar en la muerte, mientras tanto son un instrumento de los religiosos, hasta cuando castigan. Las mujeres son el último eslabón de la esclavitud; mientras los varones las vean vestidas como siervas no se darán cuenta de su propia servidumbre. 

Cómo podemos ver el tribalismo exige sacrificios y crueldades, de acuerdo al Doctor en Filosofía y escritor, Felipe Schwember, el tribalismo “niega precisamente aquello que el liberalismo afirma: el valor irreductible de las personas y la iniquidad de cualquier intento de instrumentalizarlas o subordinarlas a los fines colectivos”.

Felipe Schwember, a propósito de la razón psicológica o sociológica de discursos deshumanizantes contra las personas LGBTIQ+ aplica teorías de Thomas Szasz (académico libertario y referente del movimiento de la antipsiquiatría), las cuales son plenamente pertinentes al contexto afgano:

“Szasz aventura una explicación a partir de lo que llama «canibalismo existencial o simbólico», esto es, la destrucción ritual del Otro o, más exactamente, la disposición del hombre a sacrificar al Otro para salvarse a sí mismo. Esta disposición surge de la necesidad de reafirmar, explica Szasz, la pertenencia al grupo y es un resabio de la mentalidad tribal, que divide a la humanidad entre aquellos que forman parte del grupo («nosotros») y aquellos que no (los «otros») y que, por esa razón, son una amenaza. Una vez hecha, esta división debe ser mantenida a toda costa con el fin de preservar la comunidad. Mediante la participación en el sacrificio ritual del otro, el individuo colabora en ese acto de preservación, que por lo mismo es también un acto de lealtad”.

“El canibalismo existencial es una forma de utilización de otros: se los utiliza negándolos en la esperanza de que esa negación nos permita confirmar nuestra propia humanidad. Todo ello, sin embargo, envuelve un gran contrasentido, pues resulta imposible afirmar la humanidad de unos por medio de la negación de la humanidad de otros. Al obrar de ese modo, la humanidad en realidad es negada. La afirmación de la propia humanidad no puede tener lugar más que a través del reconocimiento de la humanidad de todos los demás. La expresión más elemental de ese reconocimiento es el respeto del otro, cuya expresión cabal en política no consiste en otra cosa que en permitirle a ese otro aprovechar la oportunidad de vivir su propia vida, es decir, vivirla libremente, conforme a la idea que él tiene de lo que ella debe ser”.

Feminismo Afgano

 

De acuerdo a Janine Rich, el estado moderno de Afganistán se fundó en 1747, cuando Ahman Shah Durrani unificó a las tribus pashtunes de la zona. Se convirtió en un protectorado de los británicos y sirvió como amortiguador entre los imperios británico y ruso hasta que obtuvo la independencia en 1919 al final de la tercera guerra anglo-afgana. Este Estado moderno ha estado más tiempo en guerra que en tiempos de paz, durante toda su historia.


En un territorio así, es posible suponer que las ideas de la libertad y la igualdad, no pueden crecer, pero no es así. Han existido varios movimientos afganos emancipatorios creados por mujeres locales, notablemente en 1920, 1950 y en 1980, los cuales han chocado fuertemente con las estructuras sociales y morales rígidos imperantes, sin embargo siguen naciendo. Un ejemplo importante de mencionar RAWA creada en 1977, la “Revolutionary Association of the Women of Afghanistan (RAWA)”.


RAWA se compone principalmente de mujeres urbanas con educación universitaria que han sufrido inmensamente bajo los talibanes y los años de guerra sistemática y violencia estructural. Sin embargo, la imagen de estas mujeres, que se resisten a ser clasificadas como víctimas pasivas y critican abiertamente las prerrogativas de las sociedades occidentales, junto con el fundamentalismo islámico, no encaja en la narrativa feminista propugnada en occidente, es más RAWA afirma que está narrativa es la justificación moral (no la causa real) de la invasión de Estados Unidos.

 

¿Por qué fracasó la construcción de un Estado con instituciones liberales?

 

No era necesario este desenlace, quienes critican las misiones de estabilización y reconstrucción posteriores al conflicto tienden a centrarse en fracasos pasados, como Vietnam e Irak, pero olvidan mencionar historias de éxito pasadas, como Alemania, Japón, Corea del Sur y, más recientemente, Bosnia y Kosovo, lideradas por Estados Unidos.
 

Sin embargo, en la creación de la institucionalidad local el fracaso fue estrepitoso. Y la caída del gobierno era esperable, pues no era razonable que los afganos arriesgaran sus vidas en defensa de un gobierno que les había abusado por décadas, con el permiso de Washington.

 

Los occidentales estaban confundidos ante la persistente falta de capacidad de gobernar de las instituciones gubernamentales afganas. Pero las sofisticadas redes que controlaban esas instituciones nunca tuvieron la intención de gobernar. Su objetivo era el autoenriquecimiento. Es importante recalcar que la corrupción, no solo fue local, se denuncia que fue creada, permitida y fomentada en Norte América.

 


Recordemos que las instituciones gubernamentales, no son un fin en si mismo, se justifican solo en la medida que permitan que la sociedad civil florezca y que posibilite todas las libertades. En el caso de la libertad económica, que permita contratar, comprar y vender, es decir emprender. En vez de eso, la institucionalidad afgana, parasitó durante 20 años a su población. 


Una gran lección: La Libertad Económica es fundamental 


A continuación de un conflicto, las empresas surgen casi inmediatamente después de que las condiciones lo permiten. Es posible afirmar que la economía planificada siempre se queda corta, incluso en situaciones extremas. En lugar de planificar grandes campañas de ayuda administradas por burocracias centralizadas, deberíamos asegurar las condiciones para el crecimiento económico y fomentar el proceso natural de la actividad empresarial.


Incluso en el caso de una invasión, las fuerzas de ocupación deben reducir la burocracia, apoyar una administración pública más ágil y mejores oportunidades para el espíritu empresarial, restando importancia a los esquemas de apoyo del gobierno y creando más oportunidades para la iniciativa económica personal. Este enfoque sería menos vulnerable a la corrupción y crearía muchos más puestos de trabajo en las comunidades locales que un sistema burocrático y militar.

 

¿Es posible que la libertad florezca en Afganistán?

 

Si, es más, ha intentado echar raíces varias veces allí. Pero al ser un foco de conflictos internacionales permanentes, tanto en la guerra fría como en la actualidad, solo han prosperado los señores de la guerra y la corrupción generalizada, la sociedad civil afgana, apenas ha logrado mantener la cabeza sobre el agua.


Pero tal como creemos que la corrupción no es cultural, en el sentido de que las personas de a pie no la justifican, ni la entiendan, todas las personas quieren desarrollar sus planes de vida y su individualidad, y no estar bajo la bota jihadista, es decir, en Libres estamos convencidos: donde hay voluntad de ser libre, la libertad puede florecer.





 


 

 


 


 


 



 



 

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