La agresión a Gabriel Boric por lxs presxs de la revuelta

Ayer viernes 30 de Julio 2021, fue un día que para mí gusto y perdonen la frivolidad, terminó en dos cliff hanger[i].

 

1. La agresión al candidato presidencial Gabriel Boric.

 

2. El llamado de Fabiola Campillai a quemarlo y destruirlo todo, que precedió a una noche de furia en Barrio Lastarria.

 

Y ambos confluyen en la pregunta sobre la influencia del octubrismo en el futuro de Chile.

 

La pregunta es ¿Cuánta influencia le vamos a permitir?

 

En una columna anterior titulada ¿Con sueños de guerra civil?, señalé:

 

El panorama nacional no es ningún volcán a punto de explotar, no es un Krakatoa, es una humilde olla a presión, a la que tratan de subirle la temperatura, y ojala convertirla en una bomba casera. ¿Porqué digo olla y no volcán?, pues por que estamos exhaustos.

 

Mantengo mi apreciación.

 

Volviendo al tema, con la información que manejo (que es pública) creo que se puede analizar lo sucedido ayer desde el ángulo político de la siguiente manera:

 

¿Fue un error de parte de Gabriel Boric el visitar a lxs presxs?

 

No creo que haya sido un error, creo que fue una jugada audaz que le salió bastante mal, sobre todo a largo plazo, veamos:

 

La Lista del Pueblo, el cuerpo político organizado vinculado directamente a lxs presxs de la revuelta anunció que ayer viernes, elegiría a su candidato presidencial.

¿Quizás era esto lo que buscaba evitar Gabriel Boric?

Esperaba con esta visita a lxs presxs, convencer a la lista del pueblo de proclamarlo su candidato? 

Si es así, no era mal plan, no era irrazonable pensar que lxs presxs u sus familias desearan presentarse como freedom fighters estoicos y generosos, y que quisieran llegar a un entendimiento con el que, probablemente sea el siguiente presidente de la república —al menos la única opción viable para la izquierda—, quien tendría en sus manos la capacidad de indultarles y de asegurarles a ellxs y sus familias un porvenir más esperanzador.

 

Y a Gabriel Boric le habría permitido presentarse como el líder capaz de sanar Chile.

 

En vez de eso, y de una manera que ciertamente se vería linda en una película (pero que no es tan poética en la vida real), desean presentarse como flama permanente y rabiosa, incontrolable “my way or the highway the fire”. 

 

Fue una audacia, pero salió mal, no siempre salir a jugar para adelante, trae buenos resultados. 

 

La respuesta de Gabriel Boric

 

En un video en que muestra mucha entereza, él señala:

 

“Que este episodio sirva para visibilizar la realidad inhumana que se vive en las cárceles de Chile. Yo estoy bien, pero los presos no“, es uno de los mensajes que acompañan el video compartido por el diputado y actual candidato presidencial. En este, también relata su visión de los hechos.

“Hoy día en la mañana asistimos al penal Santiago 1 en conjunto con otras parlamentarias, para ver in situ la situación de los presos de la revuelta”, relata, asegurando que esto fue en coordinación con los familiares “en particular de una persona que ha vivido graves injusticias”.

“En ese contexto, en el trayecto sufrimos una agresión menor“, confirma. Aclara de inmediato que han solicitado “que no se instaure ningún tipo de sanción, porque lo que se está viviendo hoy día en Santiago 1 y en otras cárceles del país ya es lo suficientemente grave e injusto”.

Aseguró que seguirán trabajando “con la frente en alto por verdad, justicia, reparación, el indulto a los presos políticos y porque hayan condiciones dignas y humanas en todas las cárceles de Chile“.

Este video generó en mí, reacciones sucesivas:

 

La primera “Mira que calmado, compuesto y generoso, mostrando fortaleza”. 

La segunda, con una mirada más política, pensando que Gabriel Boric podría ser nuestro presidente:

Deja de justificar la violencia, no queremos un presidente que tenga una mirada tan “empática” con la violencia, considerando que se trata de gente que intentó con bastante éxito convertir nuestras ciudades en hogueras. 

 

No quiero un líder que este dispuesto a ser y permanecer como rehén de violentistas con buenos eslóganes, ¿que pasó con el ciudadano de a pie que le quemaron el negocio?, o al que de pronto no vive en barrio Lastarria sino que en ciudad gótica, ¿tiene que recurrir a la violencia para ser visto, para que Gabriel Boric lo mire a los ojos y considere sus penurias?

 

Recordemos que un día antes de ir al penal, el diputado Boric voto en contra de reparar a las PYMES víctimas de la violencia de octubre de 2019. 

¿Somos rehenes del Octubrismo? 

 

Es posible afirmar que sí, pues son preocupantes las señales que están dando tanto la Convención Constituyente como el Congreso, según El Libero (9/07/219):

 

El primer acuerdo alcanzado por la Convención Constitucional fue la aprobación de una declaración en la que pedían urgencia al proyecto de indulto a los detenidos en el marco del estallido social y entregar amnistía a los “presos políticos mapuche”. El escrito del Frente Amplio, el Partido Comunista y el Partido Socialista fue aprobado por los convencionales con 105 votos a favor.

 

Además del indulto, en el Congreso se discute un proyecto que busca reparar económicamente a estos mismos y a las víctimas de violaciones de derechos humanos, iniciativa que desde la UDI buscan frenar con un requerimiento en el Tribunal Constitucional.

En conversación con El Líbero, el diputado Jorge Alessandri (UDI) asegura que presentarán la reserva de constitucionalidad “para que diga que esa ley atenta contra nuestra Constitución y hace discriminaciones aberrantes”. Según el parlamentario, “cuando usted legisla para dar un beneficio por parte del Estado no se puede discriminar de forma arbitraria, ni menos tan descaradamente como lo hace este proyecto de ley”.

El proyecto “deja fuera a las carabineras a quienes les quemaron el pelo y la piel del cráneo, deja fuera a los 5 carabineros que tuvieron daño ocular en las protestas, a los vecinos de los barrios de las distintas zonas céntricas del país que vieron su vida alterada por la violencia”, subraya el diputado Alessandri. “Solo busca reparar a los que ellos consideran víctimas”.

 

El Cliff Hanger, es para mi, saber que hará Gabriel Boric, a continuación. 

 

¿Seguirá en una ruta autoflagelante (ya sea verdadera o por razones de imagen pública)? 

 

O entenderá, por experiencia propia, que ponerle la otra mejilla a criminales solo lleva a más bofetadas, es decir: 

 

¿Hará un cambio de timón, mostrando que ni él, ni el país pueden ser rehenes de violentistas ni fanáticos? Ojalá que sí.

 

Beatriz Sotomayor,

 

Libres

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[i] Cliff hanger significa "Colgar del precipicio” literalmente, un lugar común de tantas series y telenovelas, dejar al protagonista al final del episodio sujeto con los dedos del borde de un precipicio y si no era suficiente, cercano a un nido de serpientes de cascabel o escorpiones, con la leyenda “To be continued…” o “continuará…”.